Te diré lo que veo,
veo huesos, veo un esqueleto,
porque si tienes músculos o
heridas abiertas,
la misma pena me da,
sé que pagas el dolor con tu
cuerpo.
En protector y guía te
identificas,
crees que estás en una jaula,
pero los barrotes no están tan
lejos,
componen tus costillas,
estás tan podrido como yo,
hermano,
que también miro al lejos,
pero el problema no es de ellos,
es del camino que escogemos.
Pero aun guardo esperanzas,
a que cada uno haga lo que crea
por lo que ha vuelto.
Te hiciste encajar y aquí estás,
chulesco y con nosecuantos
litros,
de esperma de menos.
En otro mundo en el que esas inquietudes
que tienes,
no tienen acceso.
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