Después de la calma tras el trauma
no se evitan las pasiones
si en tu columna
se enrosca mi mirada.
Después del olvido tras el llanto
mi envoltura reacciona sola
y me insta al contacto.
Me predispone tu imagen
a besar la palma
de esa piel color madera
en la que hace no mucho
me apoyaba.