Music

sábado, 28 de septiembre de 2013

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Música de Emilio Villalba para Cuentos
Buscas madera del norte
donde dejar el poso de tu cerveza
y yo busco rastros
de las que atrás dejas.
Sobran tus demases
pesan mis de menos
y el idioma de truenos,
tormentas silenciosas
de calma inmensa
tras las vida de semicorcheas
generosas en verborrea
de apariencia perfecta
como el piano,
 negro,
que sueña con no tener
teclas
para diferentes
dedos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Cojines de seda,
crítica eterna.

Devorador de loto,
gafas de niebla.

Permiso para hablar.
Ni levantes el culo
de tu maldita mesa. 

viernes, 20 de septiembre de 2013



Sombrajos inertes,
ni el recuerdo cambia
lo vivo, lo puro
en menos cierto,
en humo,
en cuento.

¿Quién gana?
Ahora las notas son gritos,
los versos colmillos
y las ventana auxilios
de huellas de luces
en las que no quemo
porque ojos son generosos
en su lamento
y ni con esto el infierno a tu amor.
Tu amor al infierno.



Sigo aquí
y bebo de tu taza vacía
entre animales meriendo
mis propios dientes
por no dejar que ellos 
me merienden primero.

No es recuerdo
el conocer tus gestos
como si fueses a volver
a cruzar mi puerta,
a decir mi nombre,
o mis nombres,
y sonreir como si nada,
como si mis queridas
canciones accidentadas
no pararan.

Se que al revés
me hubiese perdido sin tu luz.
sSe que fue menos
de lo que me hubiese tocado,
pero me pregunto si aun duele,
si aun te soy real,
¿no sigo siendo yo?
No se beber tierra
y me da miedo el agua.

El consuelo de tu palabra.
Mis de menos queman
en horas en las que descansaba
y no se beber agua.

Noto el viento
en el hueco de mi espalda
pero es como si no importase
como si fueses a volver
a entrar en mi cuarto,
tirarte de algún rizo
y cantar nada
al silencio frío
en la mia tua vida lejana.

Como si nunca pensases
que es
un error
buscarle brillo
a pequeños pasitos
que das sin querer
tener responsabilidad
a delitos 
del vacío
de no cumplirlos.

Atrapado en redes
el auténtico ave
que aun espera
a sentir lo mismo.

Pero no es tu libertad
ni el ázame 
mi cuchillo
para cortar tus alas
ni la realidad de mis ganas.

Si tan solo
no valoraras,
por educación,
mis palabras coloreadas
en las que no crees
por tu supuesta mia mente
demasiado embelesada.

Como si por enfados nunca pasara,
como si no me recordaras,
como nada,
el miedo que dan los fantasmas
a los vivos que aun andan.

domingo, 15 de septiembre de 2013


Trueca el otoño
las hojas y la lluvia
las nuevas
alegrías
porque no es el tiempo
sucesor de las nubes
si no hay un corte
a un Hélios tangible.

martes, 10 de septiembre de 2013


¿A qué viene el sueño
con su bandera de descanso
imitando ser útil
y rayando la realidad con lo falso?


Dame algun motivo
para que no duela lo vivo,
para que no escuezan cruces
de pecho ceniza
por llamas que imitan
la vida
en su no descanso
hasta que todo termina.

Duele lo vivo
como si fuese alto
tanto
como para lo que 'dolor'
no es apto.

Cuevas grises escondidas,
hogar de almas de película
ignorantes de la cinta amarilla
que previenen de pasar
a peligro de encontrar la alegría,
cantidad de palabras coloreadas,
con pinceles concretos,
besadas y buscadas...

como cualquier vocal
que busca palabra.

jueves, 5 de septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013


¿Por qué lloras, cueva mía?
¿Por qué tu blanco me adorna grises?
¿Quieres que te seque
con mi aliento
el hueco que,
desde mis dedos,
en sombra vive?

No llores, pared mía,
aunque me inundes
no traerán la sal
las sábanas mojadas,
ni los susurros volados,
ni los zapatos vacíos,
esperando,
enfriados

a que me lleven
de camino a casa
sin espadas ni armas
con las que ser una
ante el brío frío
y con mi cabeza
por precio al mañana.





lunes, 2 de septiembre de 2013

Letrero,
letrero señora,
¿no lee usted el letrero?

Se acaba el tiempo
y a mi nadie me paga para tener interés
mucho menos a tiempo completo.
Le dejo mis datos,
mi teléfono,
apunte, apunte
66...
6?
no, 0.
Eso es, gracias por elegir nuestros servicios.
Eso es, y que otro día encuentre
un mejor obrero.

¿Algo de propina
para el uniforme nuevo
de la chica?

Letrero,
letrero señora,
¿no lee usted el letrero?

Vuelva mañana
en horario de apertura,
el bote de propinas
se cierra al mediodía.
Dígame usted, obrero
¿qué tipo de aceite hace?

Mi señor, mis olivos son
los más viejos y los más buenos.
Su hija lo admitió
al venir a beberlo.

¡Pero qué deshonra!
¡quita,
mano pringosa!
¿a dónde irán las plumas
que se inclinan en tu ventana,
la que decora tu cama,
y te saludan con la mano
para tirar al campo
y no volver volando?
Son pajes
de ropas gastadas
que me atan a la silla
a guiar gordos y flacos
de camino
a un fin 
más preciado.
Que sean verdes
las banderas,
las barandas,
las faldas.
de las mejillas que adornan
en tu tierra mi estancia.

Que corra el vino
y que el amanecer haga tratos
con la luna
en las cuadras,
entre los cedros,
junto al río...

-¡Tienes los labios rojos!
¿de qué será?
¿has comido fresas?

-No, señor.

-¿has bebido alcohol?

-No, no

-¿A caso tienes fiebre?

-Estoy sana como una flor

-¡Has besado otra sangre!

-¿Son tus dudas celos, amor?

-¡No por dios!
Me gustan
esos perfumes gruesos
que se quedan
pudriendo los dientes
de dulce deseo.

Me gustan
porque llenan tanto
que hasta noto menos
el agujero
que quedó abierto
y fastidia
hasta hacer cosquillas.

Ignoraré que es lo fácil.
Ignoraré hasta el color,
las risas o el adiós,
pero no olvidaré el polvo
y la arena
del que los días se llenan.

Hablaré con los dormidos,
de noche y en sigilo
de por ejemplo
qué nueva flor
pegaría en el jarrón del salón
junto a la foto de familia
y la medalla de natación...
o les cantaré una canción,
en menor,
triste y con un espectacular adiós
antes de desvanecerme
con el sol.

porque él es quien le habla a los despiertos
y a los vivos,
el deseo.


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Tira la soga por el puente
y déjate de profecías acabadas.

Quisiera que buscases
la forma
de demostrarme
en acto egoista
como si tuviese
los ojos
muy pintados de negro
que no fue
un
no tanto como quiso ser.

Como si no fuese mi culpa su muerte.
Como si aun viviese.
Como si me considerase
con derecho a perturbar
el aire que tiene la mala suerte
de meterse en mi sangre,
en mi mente,
de rozar el pecho
en su vaivén
antes de ser aspirado dentro
y de tener
el mal destino de quemarme
sin un alivio miserable
en sueños inestables
pesadillas que me hablan
más de lo que cantas.

Como si no los llamaras fantasmas.
Como si no te escribiese
desde la misma silla
que si viva
más muerta estaría
tras besos que fueron
bajo el mismo techo
en tiempo de rezos
y cartas en sobre
con malditas direcciones
sin errores de códigos postales
que hagan ruido
del parloteo de pensamientos
que sin duda
nadie tenía derecho
a tenerlos.

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