Cuando le cuesta
llevar las lentejas a la mesa
o algún perdón con flor,
a mi flor como respuesta.
Cuando no suspende
pero tampoco sabe,
y los cuidos
se vuelven impersonales.
Mis quejas de puntillas,
sus respuestas despreocupadas,
porque dicen que
hay que entender
y quitarle importancia.