Escribo a esfuerzos,
doliéndome tener un mundo,
encerrado,
sólo visible,
cuando te abrazo,
no me ves,
y relajo los párpados.
No tengo derecho,
a golpearte con esto,
pero,
¿hasta dónde es problema mío?,
no voy a estropearlo,
cuando sepa expresarlo,
sin exagerarlo,
y sin que calles preocupaciones,
por no hacerme daño,
lo tendrás en las manos,
llenas,
donde ya no quepan las mías.
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