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miércoles, 17 de abril de 2013


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     I

Agua, dime algo,
agua,
inexistente,
como el calor, 
y el color,
que tapó el choque,
de marmol y madera,
a quien aun veia el sol de ayer.

Pero callas,
y permaneces,
en estas nubes,
que blanquean y matan la luz,
como el mármol,
como la madera.

Agua, dime algo,
agua.

No olvido que me buscaste antes,
en mi camino,
de buscar refugio,
cuando por primera vez,
miré el cielo en vez del suelo,
respiré,
y lo noté distinto.

Pero no vi más que nubes,
aun cuando notaba,
algo imperioso,
¿un compañero?
¿un camino?
abierto,
a otro fin, 
de mi tiempo.


     II

El blanco está 
tan muerto,
que ni tiene sombras,
tú luz.

Tú cielo,
omnipresente,
en mis pensamientos,
en mis caminos,
vacios,
entre acompañantes,
entre calles,
de piedras sudadas en agua,
y entre las gotas,
de tu rocío,
tu respuesta:
¿quién eres?

Agua no calles,
agua dime,
perdida,
en tu inmenso,
en tu alcance,
sólo a ti te veo.

'¿quien eres?'
me contestas,
soy como tú,
la niebla,
como tú,
la lluvia,
palpable y etérea,
a donde todo llega,
más cuando sueño,
y menos despierta.

Dime, ¿qué harás?
cuando tus gotas, 
resvalen por su marmol,
y se condensen,
mirando su madera,
la que aun mirándola ya no ve,
asustadas esperándose unas a otras,
para caer,
sobre el roble,
que ahora la guarda,
que también vio el sol,
que tapaste,
en estos días,
que no terminan.

No había personas,
ni pájaros,
ni viento,
solo silencio,
mis pasos,
y el blanco y muerto cielo.

         III


Son tus truenos,
a mis recuerdos,
la prueba de que fue cierto,
el sonido,
de madera y marmol,
resonando,
en nuestro silencio,
en cada hueco,
como tú,
agua,
que a todo llegas.

Son las cuerdas,
que ayudan ,
al descenso eterno,
-de sepultureros-
la únicas, 
a las que agarrarme,
en el mar,
de impoluto marmol,
bajo el cielo,
de nubes y niebla,
luchando ambos,
por ver quien brilla,
mas claro,
mas blanco.


Ellos son,
quienes aun alrededor no estando,
guardo dentro,
tras mis parpados,
despierta,
y en mis descansos,
expontaneos,
mis recuerdos,
robandome atención,
y sentimientos,
en compañia,
en momentos,
sin los cuales,
en mi vida muero,
como ellos.


   Epílogo

yo soy piedra,
yo soy madera,
nos perteneces,
como el agua,
a su sendero,
que a todo llega,
aunque no quiera.

¿quién eres?

quien aspira
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