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sábado, 11 de diciembre de 2021

 Hay dos personas y un pájaro:

la real, la que recuerdo

y el que me devora a de menos. 


Un regalo onírico para calmarlo,

con principio, final y sin saltos raros,

lo suficiente coherente para crear impacto. 

Un dilema detallado, de qué hacer

llegado el caso. 

La euforia por tenerte a mi lado,

frente a la fatiga por otro desengaño. 

Por supervivencia, elijo lo segundo

pero no presiones, que sabemos que puedes,

pero no nos conviene cambiarlo.


¿Sabes? Volvías a mi, buscabas mi compañía y mi abrazo,

ni te decía cuánto te quería para darte espacio,

a que decidieses si era algo del momento

o premeditado. 


Siempre libre, nunca más atado 

a que sientas que tienes que quedarte

por no hacerme daño.


No tendrá el pájaro tanta suerte de que llegue el caso,

pero si ni confío ni me fío, ¿cómo va a ser posible

una distante amistad por la que no sea forzado

un sencillo 'cómo estamos'?

miércoles, 1 de septiembre de 2021

 

A mi inspiración,

mi perpetuo pájaro en el hombro,

el relicario de otra vida pensada,

un camino en el imaginario colectivo

o privado,

siempre tan deseado y tan dañino. 


Siento el defecto 

de echarte de menos como un continuo

a pesar de los años y el olvido. 

Siento mi sosez 

y no luchar por mi hueco en tu torbellino.

Siento no olvidar, siento que no seas mi amigo. 


Ojalá te encuentre en el camino

u ojalá encuentre el alivio 

de otra criatura que me guste tanto conmigo. 


Siento no ser fuerte para no querer abrazarte

a la vez que pelearme contigo. 

Yo lo intento,

pero sólo miro atrás y no te veo en el camino. 


Siento no ser una extraña,

un lienzo en blanco, 

otra cosa es actuar,

imitar una formalidad,

que te puedo dar,

porque yo a ti nada te puedo negar. 

viernes, 30 de abril de 2021

 Voló el diente en flor,

se quedó el sépalo vacío,

agrietado, viejo y frío.

Tiritando por los improvistos 

y no verse ya

envuelto en pétalos amarillos.





domingo, 7 de febrero de 2021

 Se equivocaron los polos,

lo normal tiende a lo normal

y no al contrario.


No habrá

simpatía persistente

sin la consideración evidente

que confundes con libertad

de expresión en tu mente.


De la gran red,

escogiste la única que nos unía,

y sin duda, lo sabías. 

Esa elección es incompatible

con cualquier presencia que surja  

de mí para tu vida. 


Tu tiempo es tuyo para buscar

lo más ordinario y normal

en un kilómetro a la redonda.

Contarlo 

por ese único canal de interacción

ha sido la demostración

de que no cuidas tanto

de quien estaba a tu lado.