Music

lunes, 10 de agosto de 2020

 En tierra fangosa se ha metido,

donde la ilusión del singular se pierde

por un natural plural entre el derecho propio

y la oclusión conveniente. 


De puntillas sin hacer de juez, 

entre no criticar y decir lo evidente,

y en respuesta a Nana Verde,

quien recuerda recortar riesgos en

un 'dos a la vez'.  


Hay necesidad de inocencia, 

de ver sin armas ante posibles nuevas presas,

pero así el capricho te condena

a autocompadecerte de miedos de otra época

amasado por manos, de lineas disconexas. 


Hasta aquí mi parte del trato

para seguir disfrutando

de un hilo rojo sano.

Sin embargo, abandonó atorado

cualquier indicio menospreciado

de piropear el singular,

el rubí se volvió vidrio pintado

y por ello lo partiría en pedazos

a pesar de que no me haga falta

ninguna ayuda

para tener estos debates aclarados.


https://soundcloud.com/anya-halliwell/nana-verde


martes, 4 de agosto de 2020


Un techo de copas,
hojas verdes allá arriba,
tapando el sol o enseñando
entre sus huecos circonita.

La indivisible luz solar,
fragmentada en infinitas estrellas,
con un cielo nocturno a base
de hojas superpuestas.

En el suelo, a vista de insecto,
vas caminando entre sus troncos,
oscuros, inmensos,
de un áspero agresivo,
pero tan inquebrantables, siempre rectos.

La tierra se encharca,
con hasta una pareja de dedos de agua,
para tu yo en miniatura suficiente,
al menos da sed y es tan clara.

Ramos de hojas estrechas y afiladas,
de verde claro y carne tierna,
abarcan la tierra encharcada.
A contraluz se ven las fibras,
conforme suben arqueadas,
como si el bosque las hubiese hecho
una a una, a pinceladas.

La tierra, tan negra y limpia,
si tuviese raíces la comería,
pero no caerá la suerte
de estar en ese escenario,
toda una vida.