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lunes, 30 de enero de 2017


Hipnótica coincidencia
entre lo deconstruido
a fallos cotidianos
y lo negro compacto
que acecha en sueños,
avisando.

Avisando y sin autonomía
en el bosque verde,
gloriosa natura,
que amasa con sus movimientos
los huecos de mi vida.
Un fundido de armonía,
una fuerza hipócrita,
una fé creída.
Orgullo es mi mano
enfrentándose a ese halo,
con las propias uñas
temblando y con enfado.
Y futuro habrá
gracias a mis ratos
de auscultación a ciegas
y el verde si me deja
servirme de él
en ésta encomienda.


viernes, 13 de enero de 2017



Ásperas sendas es lo que queda,
un trigal al norte,
un ocaso abrupto,
un silencio con el único calor
del sol en mis dedos.


jueves, 12 de enero de 2017


¿No te tiembla la duda de lo correcto?
¿No hay reparo
por haber perdido la mejor oportunidad?
¿por estropearlo?

¿Dónde queda tu juicio de lo importante?
¿dónde están tus entornados azabaches?

Ni se te ocurra llorar
si para cuando te arrepientas
no te bajarás del pedestal.

¿Y si nos perdiésemos
y volvieses a la situación
que te dió tanto miedo?
¿Serías tan valiente
de no arrepentirte
de nada hecho?

Echo de menos al cuervo
que me picoteaba a quieros
y emanaba sentimiento,
no un sustituto adverso
de lo que puede ser
un ordenado testamento.





Extensibles
son las líneas del contrato,
una injusta imposición
a manos de mi dulce sumiso
robotizado.

Proyectas sin pena ni condena
la dramatización del miedo
al ocaso imperfecto
que prevés a tiempo.
Tu olfato de pico
nunca se ha equivocado
y antes que considerarlo,
si el precio es amor,
no merece la pena intentarlo.

Que la honestidad no sostenga
la entereza de la cabeza negra.
Que el cuervo sea humano
y venga con rosas
a retractar
su robótica prosa.





Caninos roen huesos de cuervo,
sus tripas ya cayeron
y estaban llenas
de otros restos.


miércoles, 11 de enero de 2017


Si se va el azabache
que no quede la marca de su pluma en la arena
que no se oxiden,
en su relevo,
la gracia de sus piares y vuelos.
Y si se va el azabache
que no mejore,
por donde cace,
en sus defectos.

Si el azabache se despidiese
por favor que me quede
con su unión antiestética,
su boca abierta
y los puntos confirmando
la teoría de cuerdas.
Si se fuese el azabache
ojalá me quede
la pesadez de su defensa
ante cualquier tema
en el que como magistrado,
si miedo al error, queda.