porqué no quería azul.
Dime cuerda qué era
no sucumbir
a cantos de sirena
que me llevan
obligando
a mirar para atrás
cada dos pasos
desde el último cruce
en el que
tras el alto en el camino
me olvidé medio equipaje
y ahora espera
frío y mojado
bajo el árbol
a que vuelva
para no volver a olvidarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario