Luces
con aguas de aire
en tierra salada.
Río
en silencio escondido
bajo tu ventana.
Verde horizonte que llama
a nadar hacia el alba.
Fuertes de piedras dorada
sobre la montaña.
Paseos de arena mojada
y barcas que reposan
su cabeza en tierra
pero en secreto están
flotando sobre el cielo
nosotros con los pies en su aire
y la cabeza ahogada
donde la aves aman
y pian a la mar.
Viñas encerradas
que gritaban olor
por losas de calles
tiempo atrás
por las que se paseaba
un poeta
al que arrastraban de la mano
al mercado
como hijo, nieto y hermano.
El sol hizo su piel
y la voz de sirenas
su cantata.
Sangre dormida y gastada
en tinta y cal
buscando a quien recitar.
Quizás tocó la caracola
que hoy es arena
y tuve la suerte de pisar
soñando y buscando
si queda algún granito
en las suelas de mis zapatos.
Yo no te encuentro poeta
que, al menos, te encuentre tu tierra.
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