Music

domingo, 4 de agosto de 2013

Y no puedo
escuchar un cero,
ni un amigo extraño,
ni volcanes delicados.

Sólo son dos,
y no puedo,
a él le admiro,
es pequeñito.
A ella la envido,
es más alta,
tiene en su casa
un regalo invisible
envuelto en cuerdas,
quizás en la cocina,
sobre la mesa,
pero nunca lo ve
y él espera,
paciente,
arreglándose cada mañana
por si hoy es el día que sueña.

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