Son amargos y secos
los tropezones de tierra
y el esfuerzo
de ausencia verde,
impotencia amistosa,
floreamientos de ideas
propias.
Cuando el daño es aburrido
por buscar una y otra vez
ojos de mirlos
que viajan lejos de sus alas
buscando su propio camino
lejos de nada
incluso de alegrías
cercanas.
Orador
profeta de mis ganas
que estancas y atacas
convirtiendo en la más nada
como tantos brillos
que realmente
no te gustaban.
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