Music

viernes, 20 de septiembre de 2013



Sombrajos inertes,
ni el recuerdo cambia
lo vivo, lo puro
en menos cierto,
en humo,
en cuento.

¿Quién gana?
Ahora las notas son gritos,
los versos colmillos
y las ventana auxilios
de huellas de luces
en las que no quemo
porque ojos son generosos
en su lamento
y ni con esto el infierno a tu amor.
Tu amor al infierno.



Sigo aquí
y bebo de tu taza vacía
entre animales meriendo
mis propios dientes
por no dejar que ellos 
me merienden primero.

No es recuerdo
el conocer tus gestos
como si fueses a volver
a cruzar mi puerta,
a decir mi nombre,
o mis nombres,
y sonreir como si nada,
como si mis queridas
canciones accidentadas
no pararan.

Se que al revés
me hubiese perdido sin tu luz.
sSe que fue menos
de lo que me hubiese tocado,
pero me pregunto si aun duele,
si aun te soy real,
¿no sigo siendo yo?
No se beber tierra
y me da miedo el agua.

El consuelo de tu palabra.
Mis de menos queman
en horas en las que descansaba
y no se beber agua.

Noto el viento
en el hueco de mi espalda
pero es como si no importase
como si fueses a volver
a entrar en mi cuarto,
tirarte de algún rizo
y cantar nada
al silencio frío
en la mia tua vida lejana.

Como si nunca pensases
que es
un error
buscarle brillo
a pequeños pasitos
que das sin querer
tener responsabilidad
a delitos 
del vacío
de no cumplirlos.

Atrapado en redes
el auténtico ave
que aun espera
a sentir lo mismo.

Pero no es tu libertad
ni el ázame 
mi cuchillo
para cortar tus alas
ni la realidad de mis ganas.

Si tan solo
no valoraras,
por educación,
mis palabras coloreadas
en las que no crees
por tu supuesta mia mente
demasiado embelesada.

Como si por enfados nunca pasara,
como si no me recordaras,
como nada,
el miedo que dan los fantasmas
a los vivos que aun andan.

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