En carboncillo se dibujan
lineas destartaladas,
amplias como el horizonte
de hombro a hombro
y verticales
como las ramas de cabello
que dieron nombre
al cuervo.
El caminar hormonal,
la parla territorial
y la angulosa
mente racional.
Los esfuerzos a tiempo
de no malograrme
con otro concierto
del adiós tras ganarme
que el óxido cubra la sal
de tanta experiencias
punzantes.
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