Un Piccaso maldecido
en el mismo callejón de adoquines
perfectamente alineados,
perfectamente estropeados,
que un poeta moreno
con arrugas blancas en los bolsillos
y halo etílico,
inmortal en la lucha
'vuelco todo lo que concibo'.
Les iluminará la luna entre los tejados
y me preguntaré en qué sentido
viaja el rayo.
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