El cuervo hila fino
sumiso
en el pedestal de infantería
a pólvora
de hormonas permisivas.
El cuervo hila fino
y me convoca al nido
en mi constante embelasamiento
por los agudos infinitos
y los blancos mellizos,
por los hilos azabaches
y los osculables caminos
que tras la oreja le deja
el pelo recogido.
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