Un cortapizza bajó rodando
desde la coronilla y abrió
como un libro
algo viejo y ajado
con líneas por tiempo,
y cuerpo desmejorado.
Volaron páginas y se deshojó,
le quitaron capítulos
pero en los márgenes
escribieron demasiado.
El autor se indignó
y sólo espera
que al menos escribir
el desenlace a mano
en la contraportada
venda.
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