Se cruzaron dos espadas:
un 'quiero' y un 'siento',
junto con un 'te' y un 'lo'
que no aportaban nada.
Se cruzaron dos espadas
pero como todas las guerras
no sirvió para nada.
Se cruzaron dos espadas
pero fue tan a destiempo
que quien dijo 'quiero'
añadió 'siento'
y quien dijo 'siento'
se alegró de estar lejos.
Se cruzaron dos espadas
en el imaginario colectivo
de me, mi y un idílico contigo
pero habría sido tal cual
si yo hubiese respondido.